miércoles, 4 de septiembre de 2013

Reflexiones acerca de la censura en la Literatura Infantil

Históricamente las diversas manifestaciones de arte se han visto influenciadas por la censura que ha significado, en primer lugar, la prohibición de que éstas se hagan públicas, seguidas de la expectación que produce lo prohibido.

Revisando el concepto en los términos propuestos por los contenidos del Diplomado en Fomento a la Lectura y Literatura Infantil y Juvenil de la PUC (2013), donde se establece que la censura obedece a la “postergación o anulación del criterio literario en pro de otras consideraciones: políticas, religiosas, ideológicas en general” (Ow, 2013), podemos inferir que la ésta se traduce en una puesta en marcha de los recursos necesarios y disponibles para que una determinada obra literaria no sea publicada o leída por la comunidad. Pero ¿quién censura? ¿El estado, la editorial, la escuela, los padres, la librería, los profesores? Para responder estas preguntas es interesante considerar que quienes establecen los parámetros para seleccionar uno u otro texto que será puesto en manos de los niños, indiscutiblemente actúan bajo parámetros que tienen que ver con la ideología, y ésta se ve influenciada por los conocimientos literarios y criterios establecidos como límites o bases bajo las cuales un texto es o no considerado bueno o positivo para un niño.

Por otro lado, es importante recordar que, como se mencionó, los criterios de selección han de ser literarios por sobre cualquier otro, ya que si no, hablamos de censura. El Estado sugiere textos a través del MINEDUC, para ser leídos en determinados momentos de la formación de los niños. Las editoriales seleccionan unos libros y descartan otros en razón de sus posibilidades de comercialización o su riqueza literaria. La escuela establece y adquiere listas de libros que han de ponerse a disposición de las bibliotecas escolares, delimitando las opciones y dejando fuera muchos libros. Los padres, si es que desarrollan un papel activo en la relación de los niños con la lectura, escogen leerles/mostrarles/comprarles unos u otros. Muchas veces, estás decisiones responden a razones que escapan a lo literario: costos, gustos, espacio, tiempo, cercanía, etc. Razones que tienen por resultado una determinada selección de libros que pone énfasis en la relación de los niños con unos libros y no con otros. Me parece interesante preguntarnos entonces ¿hay una inevitable censura en la literatura que los niños de hoy tienen a su disposición?

Ahora, reflexionemos acerca de la efectividad de la censura. Por ejemplo, revisemos la lista de los libros más censurados de la historia, y comparémosla con la de los más leídos de la historia. Nos encontramos con varias coincidencias. Pensemos que no necesariamente la censura y la lectura ocurrieron en la misma época, lugar geográfico, etc. Sin embargo, no deja de sorprender que las diversas luchas ideológicas que han determinado o abogado por la censura de ciertas temáticas se cruza con las luchas que buscan masificar otras. Surgen interrogantes como ¿Se puede realmente imposibilitar el acceso a la información, sobre todo en una sociedad como la de hoy? En mi opinión, no se puede imposibilitar pero si dificultar, y mucho. ¿Es solo acceso a la información aquello que se dificulta con la censura literaria? Claramente no, ya que en el mismo módulo hemos establecido la literatura como una forma de expresión artística que cuenta con sus propias características, autonomía y riqueza interna que se nutre de los diversos aportes en significado que el lector pueda realizar. Entonces, mediante la censura en la literatura infantil, ¿estaremos influyendo negativamente en la amplitud de formas de representación del mundo a las cuáles los niños tienen acceso?

¿Existe la censura en la literatura infantil? Sí, porque hay diversos factores a veces incluso subjetivos que limitan la selección que se realiza de un texto u otro en los diversos niveles seleccionados. Existe, como decíamos por razones ideológicas, políticas, económicas; y en variadas formas: como la solicitud de apoderados a organismos competentes de quitar ciertos libros de las bibliotecas escolares, el veto a ciertos libros en las sugerencias de los distintos organismos estatales, las líneas ideológicas o comerciales para decidir las diversas publicaciones de diversas editoriales, la negativa o incompetencia de padres, apoderados y/o mediadores para abordar ciertos temas propuestos por los libros para niños, entre otras.

Para ejemplificar lo anterior se mencionan a continuación algunos ejemplos de libros infantiles que han sido censurados en la historia:



  • “La cocina de la noche” de Maurice Sendak fue retirado en 1994 una biblioteca en Estados Unidos porque ilustra al protagonista sin ropa. (Cruz, 2005 en http://revistababar.com)
  • “La Brujas” de Rohal Dahl fue censurado porque se consideró prácticamente un manual de hechicería y satanismo (íbidem)
  • “Alicia en el país de las Maravillas” de Lewis Caroll fue prohibido en China por igualar a los animales con seres humanos. (Torrent, 2013 en http://www.unitedexplanations.org)
  • “Paula tiene dos mamás” de Leslea Newman y Mabel Piérola fue prohibido en Estados Unidos por abordar la temática de maternidad en una pareja homosexual. (2012 en www.dondevidenloslibros.blogspot.com)
Ahora, pongamos atención en la importancia de la osmosis entre la literatura canónica en el centro y las alternativas en la periferia (Ow, 2013) como un factor a abordar en la selección y mediación literaria. Impedir el acercamiento de un niño a determinados temas, en ningún caso es suficiente para que él no se enfrente, de una u otra manera, a él. La labor entonces no es esconder o trabar las posibilidades de que ese encuentro suceda, sino que es adquirir las herramientas necesarias para que tal encuentro no sea traumático o agresivo, que de origen a respuestas y no a miedos.


Nota: ya que estamos hablando de censura y de libros, paso el dato de una interesante exposición recientemente inaugurada en Santiago, en la Biblioteca Nicanor Parra de la UDP, llamada “Biblioteca recuperada”. Si bien no hablamos solo de literatura infantil, la muestra exhibe cerca de 800 ejemplares de libros que en la dictadura militar fueron perseguidos, quemados o escondidos. Más info acá.

Biografía:

  • Cruz, Pablo “Caza de Brujas: la censura en la literatura infantil”, 2005, en http://revistababar.com/wp/caza-de-brujas-la-censura-en-la-literatura-infantil/
  • Hanán Díaz, Fanuel. “¿Cómo elegir un buen Libro para niños? Algunas recomendaciones útiles”. Venezuela. Banco del libro de Venezuela. 1998.
  • Ow, Maili. “Módulo 2: Literatura Infantil. Selección de textos literarios infantiles”. Diplomado en Fomento de la Lectura y Literatura Juvenil. Pontifica Universidad Católica de Chile. 2013.
  • Torrent, Luis “30 libros de referencia que han sido prohibidos por la censura”, 2013, en http://www.unitedexplanations.org/2013/04/23/30-libros-de-referencia-que-a-dia-de-hoy-son-censurados/
  • http://www.dondevivenloslibros.com/2012/10/paula-tiene-dos-mamas.html, 2012