En primer lugar voy a referirme a los objetivos de la
experiencia. La planificación fue realizada considerando las posibilidades de
realizarla que tenía yo hoy en día. Además de eso, pensé que generalmente mis
experiencias de animación se habían hecho en biblioteca, en actividades
previamente planificadas o en visitas guiadas. Esta vez quise hacer algo más
acercado a la realidad cotidiana, a la animación lectora que podemos trabajar
con nuestros niños en la casa: hermanos, hijos, familiares. Por ello propuse
trabajar con mis sobrinas a quiénes les comencé a leer hace un par de meses,
luego de conversaciones con mi hermana en las que detectamos el fomento lector
como una necesidad. En ese entonces también hablamos de la importancia que
padres y abuelos tienen en este proceso: no todo lo puede hacer la profesora en
el aula ni menos la tía que las visita cada cierto tiempo.
Esto último, considero que jugó en contra a la hora de
realizar la actividad ya que no pude contar con el espacio más adecuado para “aislar”
a las niñas de lo que ocurría en el resto de la casa ya que otros espacios de
la misma estaban siendo ocupados por otros integrantes del grupo familiar, a
veces sonaba el teléfono, la abuela estaba planchando en la misma habitación. Sin
embargo, considero que lo positivo de ello, es que pese a esas variables,
logramos una actividad grata y una participación activa de las niñas en la
actividad y los mencionados son factores que efectivamente pueden ocurrir en un
ambiente cotidiano por lo que no han de ser excusa para evitar o favorecer
actividades de fomento lector. Sin embargo, de todos modos considero que es
importante poco a poco ir acondicionando el espacio para hacerlo especial y
diferente.
Creo que también me ayudó mucho conocer a las niñas con las
que realicé la actividad ya que la llegada con ellas es fácil debido a nuestra
relación cercana y a que esta es una actividad que ya habíamos realizado antes.
Po otro lado, es importante destacar que el libro tuvo una buena acogida por lo
que no hay que quitarle el mérito al autor. También podría mencionar que me fue
fácil llevar a cabo el plan que tenía para realizar la actividad puesto que
tenía estructuradas algunas preguntas y que el conocer el texto también me
ayudó para hacer énfasis en las tonalidades o dar los tiempos adecuados a la
observación de las imágenes.
Es importante destacar, de igual modo, que si bien una
planificación es fundamental a la hora de realiza una actividad como esta ya
que facilita la llegada a los objetivos que se buscan; también es importante
adquirir con la práctica la destreza de potenciar los propios descubrimientos
de los niños y desechar las ideas preconcebidas que no tienen cabida en la
realización de la actividad ya que no debemos olvidar la importancia de
abrirnos a los significados que los oyentes encuentran en las narraciones por
sobre la consecución de objetivos ajenos
a ellos. Esto considerando que buscamos que ellos tengan experiencias gratas en
torno a la lectura y no que se aprendan los cuentos de memoria ni comprendan lo
mismo que nosotros.
Finalmente me gustaría mencionar que al principio le tenía
un poco de temor al resultado de esta actividad ya que he visto cuentacuentos
realmente experimentados que logran captar la atención de grandes y chicos
solamente con su voz y algunas veces con algunos accesorios sutilmente
escogidos para complementar la actividad. Sin embargo, me considero satisfecha
pues las niñas no solo respondieron a las preguntas sino que también participaron
de la narración, se fijaron en las imágenes, hicieron sus propias interpretaciones
de la historia y los personajes y todo ello permite ver el cumplimiento de los objetivos
planteados en la planificación de la actividad.